Los bestiarios nacieron en el s.XII,
como forma de comprender y entender el mundo de las criaturas fantásticas y
seres desconocidos. El mejor ejemplo y el más considerado en cuanto a
bestiarios se trata es el de Aberdeen, creado en el s.XII. Al
principio en estos manuscritos se catalogaba los animales y plantas.
Posteriormente, al descubrirse las Américas, se comienzan a usar para narrar
las bestias y vegetación encontradas en este Nuevo Mundo. Debido a esto,
comenzaron a surgir bestiarios naturalistas y bestiarios mitológicos, aunque
también encontraremos otro tipo referente a héroes o semidioses. En los
bestiarios de índole mitológica encontrábamos monstruos y criaturas deformes, que
llenaban las páginas de estos manuscritos. Llegando a surgir mitos, leyendas e
historias referentes a estos seres. Aunque la verdad fue, que los bestiarios se
emplearon en su mayoría con fines moralizadores por parte de la Iglesia
Católica. La Iglesia empleó estos tomos como forma didáctica para transmitir conocimientos
al pueblo, que era analfabeto.
Muchos de estos seres nacen del miedo
acrecentado durante esta etapa oscura de la humanidad. Además, estos mitos y
leyendas antiguas pasan a ser la pesadilla de gran parte de la población. No
hay que olvidar, que con la apertura al nuevo continente, el mar se convierte
en un entorno sumamente desconocido y peligroso. Debido a esto, surge un
universo de bestias, monstruos y seres fantásticos que destruían, y hacían
naufragar a los barcos engullendo a los marineros.
Por último, no debemos olvidar, que
muchos de estos seres son interpretaciones dadas en la Edad Media de animales
hoy conocidos. Se cree, que el mito del unicornio proviene de los primeros encuentros con rinocerontes. O que el temido basilisco solo fue un lagarto que media más de un
metro, encontrado en Asia. Incluso, seres marinos como el pez monje o las sirenas fueron
confundidos con animales acuáticos hoy conocidos.
Pez Monje/Pez Obispo
El monje del mar es una especie de pez
encontrado frente a las costas de Dinamarca en 1546. Su apariencia exterior era
como la de un monje, con un diámetro de 2,5 metros.
El pez obispo por su parte, es una
leyenda polaca del s.XII, que según el mito fue capturado y entregado al rey de
Polonia. Una vez allí, el pez exigió ser liberado. Cuando el monarca accedió,
la criatura hizo la señal de la cruz y desapareció en el fondo del mar. En 1531
fue visto y capturado de nuevo en Alemania, donde murió tras tres días de
cautiverio.
Es cuanto menos improbable, la existencia
de peces con forma de clérigos, que hagan la señal de la cruz para pedir su libertad. Pero, lo curioso es que se encuentren relatos de estos seres en
distintos puntos de Europa y en distintas fechas.
Harpías
La imagen que se tiene de las harpías
desde la Antigüedad hasta la Edad Media cambia drásticamente. Mientras que en
la Antigüedad se las representaba como una mujer hermosa con cuerpo de pájaro.
En la Edad Media esta imagen cambia, y pasan a ser horribles monstruos alados
con rostro de vieja, cuerpos de buitre y colas de serpiente o escorpión. Las
harpías se consideran genios malignos de un olor insoportable que atormentaban
a los hombres. Según las leyendas medievales, son hijas de Neptuno y el mar,
siendo alegorías de los distintos vicios existentes en el ser humano, como la culpa
y el castigo.
Hadas
Según la tradición popular, las hadas
son seres femeninos, mágicos y diminutos que viven en el País de las Hadas. Este
lugar era regido por una reina suprema, Titania y el príncipe Obéron. Con su
magia intervienen – para bien y para mal –, en los asuntos de los mortales.
Según se cree, su origen proviene de la Antigua Roma con el nombre de las fatae, donde eran consideradas casi como Parcas.
Su función principal era la de atender y aparecer en los alumbramientos. De esta
forma, protegían tanto al bebe, como a la madre. Además, se creía que daban
dones a aquellos niños que lo merecían. Ningún mortal podía verla, a diferencia
de los animales y seres del bosque, aunque se creía que en la Noche de San Juan
se las podía ver.
Sirenas/Tritones
Al contrario de lo que ocurre con las
harpías, las sirenas pasan a ser dulcificadas. Dejan de ser mujeres pájaro,
para pasar a ser mitad pez, mitad mujeres jóvenes. Lo que no cambia respecto a
la Antigüedad, es el carácter sanguinario y asesino de éstas. Continúan encantando
con su voz a las embarcaciones, para posteriormente atacar y desgarrar a la
tripulación.
Será durante la Edad Media, cuando
encontremos también a los tritones. Los tritones son el símil masculino de las
sirenas. Se creía que eran los mensajeros de las profundidades. Ademas eran aguerridos guerreros que defendían sus colonias de los marineros y piratas.
Elfos
Los elfos son seres enigmáticos y misteriosos,
que en el principio eran tratados como genios bellos y buenos, en oposición a
los enanos. Se les relaciona con el dios Freyr, deidad ligada a la fecundidad y
la fertilidad. Según los mitos, los hombres buenos que morían podían llegar a convertirse
en elfos, ligando de nuevo a estos seres con el dios Freyr y los difuntos.
Estos seres son considerados de las
razas más antiguas del mundo. Tienen un aspecto frágil y delicado. Con orejas
puntiagudas, ojos claros y piel pálida. Podían a llegar a vivir cientos de años
o ser inmortales. Son seres con mucha agilidad y destreza, siendo en muchas
ocasiones imperceptibles. Viven en los bosques y suelen vestir en tonos verdes,
siéndoles más fácil el camuflaje.
Vampiros
El mito de los vampiros proviene desde
la Antigüedad (aunque sobre esto hablaremos en profundidad en un artículo futuro), pero
en ese momento eran considerados demonios y seres de otro mundo. A partir del
s.XIII, estos mitos y leyendas comienzan a creerse reales, e incluso a
relacionar personajes históricos con el vampirismo, véase el príncipe Vlad el Empalador,
más conocido como el Conde Drácula.
Encontramos relatos de estos seres en
diversas partes del mundo, desde Inglaterra, España o Rusia. En todos estos
lugares los vampiros personifican el miedo a la oscuridad y las sombras. Son
seres que esperan la nocturnidad para acechar a sus víctimas y consumir su
sangre. Restos arqueológicos atestiguan como en muchas ocasiones se enterraban
cuerpos, previamente estacados en el pecho, por el miedo a que se levantasen de
sus tumbas convertidos en vampiros.
Hablaremos largo y tendido sobre estos
seres, sus mitos y su distribución geográfica en un artículo futuro.
Hombres lobo
Los hombres lobos aparecen en Europa en
el s.XI, tras la publicación del poema de “Bizclavret”, escrito por Marie de
France. En su obra, el noble Bizuneh se convierte en hombre lobo cada semana
por diversas razones. La cultura pagana de los pueblos germánicos extendió muchísimos
mitos sobre los hombres lobos, llegando a aceptar que un príncipe alemán fue licántropo y podía cambiar de forma a su antojo.
En el folklore popular los hombres lobos
causaban pánico, por lo que en 1400 comenzarían la caza de brujas en Francia,
Alemania o el Báltico. La histeria colectiva provocó que durante ese siglo
aumentasen los reportes sobre encuentros o avistamientos de licántropos. La licantropía
fue una acusación recurrente en los juicios de brujas como los de Valais. El momento
de mayor esplendor de los hombres lobos comenzó en el s.XVII, con la publicación
de varios tratados y obras sobre como acabar con ellos.
Unicornios
Los unicornios eran caballos blancos con
un cuerno en la mitad de su frente. Su origen se remonta al Paleolítico, donde
encontramos pinturas rupestres con motivos de hombres y estos seres míticos (posiblemente dibujos de los encuentros de estos primeros hombres, con rinocerontes). Su
adoración adquirió mayor protagonismo en la Edad Media gracias a los
bestiarios. Se creía que eran tan veloces que eran intocables, lo que
provocó que se convirtieran en una pieza deseable de los cazadores. Según las
leyendas su cuerno podía curar enfermedades o limpiar las aguas entre otras cosas.
El punto débil de este ser tan indomable
eran las jóvenes doncellas vírgenes. Solo los puros de corazón, podían tocarlos.
Se creía que cuando un unicornio se encontraba con uno, se volvían mansos y
vulnerables. Tras su captura, los unicornios sufrían amargamente hasta la muerte, para luego emplear su cuerno en hechizos y pociones varias.
Mantícoras
La palabra Mantícora proviene del persa
Martya, “ser mortal”. Según las leyendas las mantícoras son seres con cara y
barba de hombre, cuerpos rojos y forma de león. Además, tenían tres
hileras de dientes con las masacraban a sus víctimas y una cola de escorpión con
aguijones en cada lado. Se creía que las mantícoras venían de la India y tenían
una voz espeluznante, mezcla entre una trompeta y una flauta.
En el s.XVI, la Mantícora comienza a ser
usada en la heráldica de reyes y nobles. Siendo además, en esta época cuando comienza
a ser vista como símbolo de maldad y envidia hacia otras personas.
Dragón
Los dragones son una construcción cultural
que proviene de la Antigüedad y se hizo popular en la Edad Media. En la mitología
nórdica ya se hablaban de ellos, cuando el héroe Sigfrido mata a Fafner, el
cual se había convertido en dragón. Según los bestiarios medievales los dragones
eran serpientes voladoras, con alas similares a las águilas, garras afiladas
cual león y capaces de vomitar fuego. Se encontraban mayormente por la zona de
la India y Etiopia, aunque encontramos relatos de estos seres en múltiples lugares. También, se relata en los bestiarios la capacidad de éstos
para matar a grandes animales como los elefantes. Los relatos cuentan, que se escondían
cerca de los caminos donde los elefantes daban a luz en el agua, para así cazar mejor a sus presas cuando son mas vulnerables.
Lo que sí es cierto, es que estos seres
han sido magnificados e idolatrado hasta nuestros días, convirtiéndose así en los grandes reptiles alados que azotan aldeas que hoy conocemos.
Kelpies
Los kelpies son caballos acuáticos de la
mitología celta. Según se cree, viven en los lagos, tanto dulces como salados
de Escocia. Además, son capaces de adoptar distintas formas para buscar a sus
presas humanas. Las leyendas dicen, que se transformaban en caballos de
extraordinaria belleza, de color negro como la noche o un blanco
resplandeciente. Se comportan dóciles y mansos, invitando a los hombres a
montarlos y pasear. Una vez montados, mágicamente los kelpies paralizan a sus
presas y corrían hasta el fondo del lago o mar, llevándose consigo a sus víctimas. Una
vez en el agua, adoptan su forma real, un caballo de grandes ojos rojos o
amarillos, boca repleta de colmillos afilados, agallas en el cuello, aletas y
cola. Para que el humano logre salvarse -según el mito-, debe quitar las bridas
del kelpie, volviéndolo un caballo dócil y manso, capaz de recorrer largas
distancias a una gran velocidad sin descanso.
Mandrágoras
Para la gente del Medievo, la mandrágora
era una planta con forma humana que gritaba al ser arrancada de la tierra. Quien
escuchase su grito podía morir o quedar loco para siempre. Para arrancarlas se
usaban perros. En un extremo del perro se ataba a la planta y en otro se
colocaba un trozo de carne. Al intentar alcanzar el alimento, el perro tiraba
de la planta y el dueño quedaba inmune al grito. Su raíz se empleaba en medicina y
hechicería, otorgándole desde milagros, hasta catástrofes. Es de sobra conocida por su aparición en películas tan famosas como Harry Potter.
Fénix
Los fénix son pájaros únicos y míticos,
de un color fuego resplandeciente. La tradición los sitúa en Egipto y Arabia. Según
Herodoto: “tenían el tamaño de un águila, plumas rojas y doradas, y eran
capaces de renacer periódicamente”. Cada 500 años, viajaban con el
cuerpo de su progenitor de Arabia al santuario de Helios, en Egipto, donde morían quemados y resurgían de sus cenizas. En la Edad
Media, se especificará aun más estos detalles, añadiendo algunos otros. Se les
asociaba a la inmortalidad, la resurrección y la virginidad. Para el escritor
Dante, era un símbolo de las almas condenadas. Incluso los monarcas lo usaban
como emblema de la resurrección y eternidad, enriqueciendo así su propio poder.
Basiliscos
La existencia de los basiliscos se
remonta a la Antigüedad. Encontramos pasajes haciendo referencia a estos seres,
tanto en pergaminos egipcios como en el Antiguo Testamento. Se decía de ellos
que podían llegar a matar con tan sola la mirada. Eran descritos como reptiles extremadamente grandes y mortales. Pero, será durante el Medievo cuando su
morfología cambie, pasando a convertirse en un ser mitad gallo, mitad
serpiente. La creencia era, de que un basilisco nacía al eclosionar un huevo
puesto por un gallo, mediante la incubación de una serpiente. Según el obispo
de Sevilla, San Isidoro, era el rey de las serpientes, ya que según éste, las
serpientes se sometían a su voluntad. Aunque, la fama del basilisco proviene de
su estrecha relación con la alquimia. Se creía que estos seres eran la clave
para convertir el cobre en oro. Su existencia se creía tan real que fue
incluido en tratados naturalistas del s.XVIII.
Grifos
En la Edad Media surge el grifo como un híbrido entre dos animales nobles empleados en la heráldica medieval,
el león y el águila. Por lo general, se le representa con forma cuadrúpeda, es
decir, cuerpo, garras y cola de león, y alas y cabeza de águila.
Encontramos muchísimas referencias a
estos seres desde la Antigüedad hasta el Medievo. Muchos relatos del s.XII hacen
referencia a estos animales, cuya existencia nadie duda, aun sin que hayan sido vistos nunca. Gran parte de los bestiarios medievales hablan y describen a
los grifos, sobre una base naturalista. Aunque, también encontramos relatos y Libros
de Maravillas de la Edad Media, donde cuentan avistamientos. En uno de estos relatos,
San Brandán, un santo irlandés, cuenta como fue atacado por un ejemplar en su
peregrinaje a través del Atlántico.
Gnomos
Los gnomos no pertenecen a la mitología,
sino que son parte del folklore y la superstición. Se les atribuyen poderes mágicos
y son seres de la Tierra. Aparecen por primera vez entre los s.XIV y XV, entre
los cabalistas judíos. Según éstos, los gnomos vivían debajo de la
Tierra y eran los encargados de custodiar los tesoros escondidos del rey Salomón.
Según el Talmud (libro sagrado de los judíos), un gnomo fue el encargado de
extraer las rocas que fueron usadas en la construcción del Templo de Jerusalén. Otro relatos, cuentan como en 1200 el sueco Frederik Ugarph encontró en el hogar de
un pescador de Noruega, una estatuilla de madera que representaba a un gnomo.
La escultura media 15cm y en el pedestal estaba escrito "NISSE, Riktig Storrelse",
que significa "GNOMO, estatura real". Según diversas pruebas realizada, el trozo de madera tenía
más de dos mil años, aunque el grabado era del s.XII.
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