¿Sabías que? Origen e historia del Carnaval



Representación pictórica del Navigium Isidis.

Etimológicamente la palabra “Carnaval” puede derivarse de varias palabras latinas. Algunos estudiosos consideran que viene del “carrus navalis” (carros navales), mientras que otros a “carnem quitar” o “carnem levare” (abandonar la carne) proveniente de la Cuaresma.
La versión más extendida es que la fiesta del Carnaval deriva de la festividad “Navigium Isidis”. Dicha festividad, era en honor a la diosa Isis (Fig. 1). Con la conquista de Egipto por parte de Roma, muchos de los dioses del panteón egipcio pasaron a formar parte de la religiosidad romana. El culto a Isis estuvo extendido por todo el Mediterráneo, estando presente en muchas de las ciudades romana. Un claro ejemplo en la Península Ibérica lo encontramos en Baelo Claudia, donde encontramos un santuario en honor a esta deidad. En Pompeya por ejemplo, encontramos frescos (Fig. 2) que representan estas festividades, por lo que podemos presumir que fueron importantes en esta ciudad.
Fig. 1. Estatua de Isis romanizada.
Fig. 2. Fresco de Pompeya.

La fiesta comenzaba con la primera luna llena del equinoccio de primavera. Durante esta fecha, se sacaba en procesión una estatua de la diosa en barcos de madera con ruedas (carrus navalis) (Fig. 3). Sacerdotes, músicos y bailarines acompañaban al cortejo. Además, se incluían personajes enmascarados, en su mayoría con máscaras del dios Anubis. Posiblemente, las carrozas de la actualidad sean un vestigio de esta procesión. El cortejo llegaba hasta la costa, donde embarcaban la estatua en una nave de madera ricamente decorada con flores y piedras preciosas. Este hecho, daba paso a la temporada de la navegación. La festividad fue tan importante, que sobrevivió a las persecuciones cristianas a los paganos autorizada por Teodosio I el Grande en el 391 d.C. y las de Arcadio. La festividad estuvo vigente en el Imperio hasta el 416 d.C., aunque en Egipto desaparecería en el s.VI. Con el cristianismo a pleno rendimiento en la vida romana, muchas de las festividades paganas fueron asimiladas por los cristianos. La Navigium Isidis quedó dividida en la actual Pascua y el Carnaval.
Fig. 3. Carrus Navalis donde se transportaba la estatua de la diosa Isis.

Con el paso de los siglos la festividad fue degenerando. La fusión y asimilación de otras fiestas como las bacanales o las saturnales, provocó que la Navigium Isidis decayese en ritualidad y religiosidad. Durante las saturnales, se rendían honores al dios Saturno (Fig. 4). Durante estas festividades, los papeles en la sociedad se invertían. Los esclavos mandaban y los amos obedecían. Esta extraña tradición, deriva de la creencia de que Saturno tenía un lado oscuro y caótico, de ahí que fuese expulsado del Olimpo. Las bacanales por su parte, fueron fiestas en honor al dios Baco (Fig. 5). En muchos de los casos, estas festividades acababan en orgías de alcohol y sexo. El nombre deriva de sus sacerdotisas, llamadas bacantes. En los inicios, únicamente las mujeres podían rendir honor al dios Baco.
Fig. 4. Estatua de Saturno.

Fig. 5. Estatua de Baco.

Con la introducción de la Cuaresma tras la oficialidad del cristianismo en el Imperio Romano, se comenzó a permitir satisfacer los vicios banales antes de la regresar a la austeridad. No debemos de olvidar, que la Cuaresma es una costumbre cristiana donde premiaba la sobriedad y seriedad en todos los sentidos (Fig. 6). Así pues, la gula y la lujuria bañaban las calles del Imperio antes del miércoles de Ceniza. Las bacalanes (Fig. 7), saturnales (Fig. 8) y las procesiones isíacas se entremezclaron para dar como resultado, una fiesta donde abundaban el sexo, el alcohol y la comida. Es decir, una festividad en honor al exceso, desinhibición y el descontrol.
Fig. 6. Penitencias a seguir durante la Cuaresma (limosna, ayuno, abstinencia y azotaina). 

Fig. 7. Representación pictórica de una bacanal.

Fig. 8. Representación pictórica de las Satunales.

De ahí la aparición de las máscaras, símbolo por excelencia de lo oculto y el misterio. Tras ellas, todos son anónimos y pueden abandonarse al frenesí y los placeres terrenales. Por lo que su uso en la antigüedad y en la actualidad es más que entendible (Fig. 9).
Fig. 9. Carnaval veneciano con sus míticas máscaras.

En resumen, sin darnos cuenta en la actualidad seguimos rindiendo culto a estas antiguas festividades. Disfraces y máscaras de animales, como hacían los devotos de Isis en su festividad, cuando usaban máscaras zoomórficas en honor a los dioses egipcios. Cambios de roles como ocurría en las saturnales, encontrándonos a mujeres disfrazadas de hombres y viceversa. Carrozas y procesiones, junto a bailarines y musicos, como sucedía en las isíacas. Y por último, el exceso con el vino, el sexo y demás pasiones mundanas, igual que en las bacanales.
Inconscientemente estamos realizando rituales antiquísimos que ni la propia Iglesia Católica ha podido parar. Con los siglos, las tres fiestas han ido entremezclándose en una, dando como resultado unos días donde casi todo está permitido. Donde todos podemos ser lo que queramos. Pero sobre todo, donde rendimos cultos a dioses tan antiguos como Isis, Saturno y Baco, sin que la gran mayoría lo sepa. Así que, cuando alces tu copa este Carnaval, piensa que lo haces en honor no solo a las coplas y pasodobles, sino a una tradición de hace más de dos mil años. Una tradición que se ha mantenido en nuestras costumbres, porque todos necesitamos tarde o temprano dar rienda suelta a nuestros instintos y disfrutar de la vida.
Lucha entre Don Carnal y Doña Cuaresma. Clara alegoría del enfrentamiento entre el desenfreno y la austeridad, características del Carnaval y la Cuaresma respectivamente.


1 comentario:

  1. Buenas tardes, ¿podría usar este artículo -citándolo- para un material de matemáticas para alumnos de 10 años? Una unidad didáctica trata el Carnaval y las matemáticas. El material tienen fines comerciales.

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