La bisexualidad a través de la Historia

Jose M Gil


El término “bisexualidad” aparece por primera vez en el s. XIX, pero no para referirse a la orientación sexual. Este concepto apareció incluso antes que los de homosexualidad y heterosexualidad, para definir a los organismos hermafroditas o a los que aún están en desarrollo temprano de su sexo. Por tanto, podemos decir que durante el s.XIX se entendía la bisexualidad como hermafroditismo, es decir, una fase aún inmadura del sexo.

Fue durante esta época, que se intentó explicar la atracción física de las personas por el mismo sexo, denominándola “inversión sexual”. Tiempo más tarde, Freud comenzaría a usar el término “bisexual”, para referirse a la atracción. Según el autor, todas las personas nacemos sin sentirnos atraídos hacia un sexo u otro (bisexualidad), y es cuando crecemos cuando escogemos una. Pero, muchos siglos antes ya existían mitos, leyendas e incluso personajes históricos, que fueron abiertamente bisexuales.

La cultura grecorromana, tiene un sinfín de mitos sobre el tema como hemos podido comprobar. Sus deidades poseían rasgos propios de los humanos, pasión, desdicha, celos y deseos de venganza. Por tanto, no era de extrañar, que al igual que ocurría en la sociedad griega y romana, sus dioses amasen y fornicaran tanto con hombres, como con mujeres.

Famosos son los amores de Zeus con muchas doncellas e incluso diosas, pero también estuvo relacionado con jovencitos como Ganímedes. Su hermano Poseidón, también estuvo con muchas mujeres e incluso hombres, como el príncipe Pélope. Hermes, Apolo y Dionisio también fueron grandes conquistadores. Entre sus presas encontramos tanto hombres, como mujeres. Dionisio con el joven Ampelo; Apolo con su mítico amor, Jacinto (fig.1); o Hermes con Crocos. No nos podemos olvidar del gaditanísimo Hércules/Heracles. Según los mitos, este semidios, mantuvo relaciones con hombres y mujeres, siendo posiblemente su gran amor el de su compañero de armas, Iolao/Yolao. Aunque también estuvo con reinas como Onfalia o semidioses como Abdero (hijo de Hermes).

Fig. 1. Apolo y Jacinto (1771) de Benjamin West.

Aunque no solo la cultura grecorromana gozó de mitos y leyendas de carácter bisexual. Al otro lado del océano Atlántico, los indios navajos tenían su propia deidad bisexual. Para esta cultura, Ahsonnutli fue el padre de todos los dioses. Según su mito, creó la Tierra y los cielos. El firmamento creado por este dios estuvo protegido en sus cuatro puntos cardinales, por cuatro gigantes representados por colores. Además de esto, Anshonnutli fue considerado un dios bisexual por sus distintos amoríos con hombres y mujeres de la cultura navaja.

Otras culturas como la nórdica o la celta, también tuvieron una predisposición especial hacia la bisexualidad. Famosos son los relatos en sagas, de cómo los vikingos violaban a los hombres y mujeres de las tribus vencidas. Un claro ejemplo lo encontramos en la saga de Guðmundar Dyra. En ella, el protagonista Guðmundr captura y planea violar a un hombre y una mujer, como humillación sexual y social ante los demás.

Aunque, posiblemente donde existiera una gran diversidad sexual fuera en las culturas precolombinas. Mayas, Aztecas e Incas, aceptaron y compartieron una libertad sexual. Los cronistas relataron durante tres siglos (XV, XVI y XVIII), toda la diversidad de condiciones sexuales existentes en suelo americano. Mediante las crónicas podemos conocer como los incas, adoraban al dios Chuqui Chinchay, que protegía y velaba por aquellos que según ellos tenían dos naturas.

Algunos cronistas, también relatan como en la zona ecuatoriana, el cacique Tumballá de la isla Puná (fig. 2) tenía en su harem a mujeres e incluso a varios hombres. Estos estaban totalmente cubiertos de oro y piedras preciosas. Para estas culturas, la bisexualidad, homosexualidad o las personas transgéneros, eran seres mágicos, puesto que sus dioses tenían esa misma diversidad sexual. Todo terminaría con la llegada de religiones monoteístas, con un fuerte carácter censor sobre la sexualidad de la población.

Fig. 2. Busto del Cacique Tumballá.

Pese a esto, encontramos muchos personajes relevantes de la historia, que fueron abiertamente bisexuales. Desde reyes y emperadores, hasta héroes, científicos y artistas importantes. De sobra es conocida, la vida del mítico Alejandro Magno. Este gran monarca se casó con varias mujeres, pero se sabe que también tuvo relaciones con hombres como su fiel general Hefestión (fig. 3). La Guerra de Troya, se creía una fábula, pero ahora sabemos que es una realidad. Aquiles, gran guerrero de elle, fue abiertamente bisexual. Teniendo relaciones con hombres y mujeres, siendo Patroclo su gran amor.

En la vida de Julio César, encontramos una anécdota, por la que podemos pensar que fue bisexual, y es su affaire con Nicomedes IV, rey de Bitinia del cual salió su apodo de "la reina de Bitinia". Julio César por aquel entonces era para muchas mujeres el prototipo de hombre. Se contaba que tenía en su lecho a muchas mujeres, pero posiblemente también a hombres. Esto no fue algo exclusivo de él, sino que a lo largo del Imperio Romano, encontramos muchos emperadores, que tuvieron tanto a mujeres, como a hombres en su alcoba. Cómodo, Adriano, Nerón o Calígula entre otros, fueron famosos por tener relaciones sexuales con ambos sexos.

En cuanto a las mujeres, debemos decir, que encontramos pocos relatos de bisexualidad femenina en la historia. Posiblemente, porque el papel de estas en la historia hasta no hace mucho, estuvo relegado a un segundo lugar. Pese a esto, podemos hablar de algunas mujeres importantes, como la poetisa Safo de Lesbos. Según las leyendas Safo estuvo con hombres y mujeres, un poco inusual en la Antigua Grecia, puesto que la bisexualidad y homosexualidad estaba normalizada entre el sexo masculino, pero no tanto en el femenino.

Fig. 3. Fotograma de la película Alejandro Magno (2004) dirigida por Oliver Stone y protagonizada por Colin Farrel como el gran Alejandro Mango y Jared Leto como su fiel compañero Hefestion. 

También, encontramos el relato de las piratas Anne Bonny y Mary Read (fig. 4). Y como junto al capitán del navío Rackham, formaron un trío amoroso. Juntos atracaron y robaron barcos por todas las Bahamas. Eran imparables y temidos. Formaban una relación consolidada y abiertamente bisexual. Pese a todo, Rackham, Bonny y Read fueron apresados y condenados a muerte.

En conclusión, antes de la llegada de términos, conceptos y de encasillar a las personas por su forma de amar, existieron culturas, mitos y personajes que vivieron su amor libremente. En muchas civilizaciones, se valoraba la belleza, más que el sexo que tuviera la persona. Por eso, no debe extrañarnos encontrar tantísimos mitos sobre dioses, que mantenían relaciones con hombres y mujeres, por igual. Y que por consiguiente, las personas hicieran lo mismo. Porque al fin y al cabo, los dioses fueron el reflejo de lo que ocurría en la sociedad.

Fig. 4. Escultura de Anne Bonny y Mary Read. 

Para saber más

Fernández Aller, M. (2016): El homoerotismo femenino en la Grecia Antigua en R. Cordeiro Macenlle y A. Vázquez Martínez (eds.), Estudo de Arqueoloxía, Prehistoria e Historia Antiga: achegas dos novos investigadores, Santiago de Compostela, 241-256.

González Saceda, I. (2013): Manifestaciones homoeróticas masculinas a través de la mitología griega, Madrid.

Hubbard, Thomas K. (2003): Homosexuality in Greece and Rome, a Sourcebook of Basic Documents. Los Angeles, London.

Stigers, E. (1981): Sappho’s private world en P. F. Helene (ed.), Reflections of women in Antiquity, Columbia, 45-62.


Jose M Gil / Autor

Historiador, divulgador, colaborador e investigador de cultura e historia LGTB+ .

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