Göbekli Tepe, el primer templo de la humanidad

Jose M Gil

Göbekli Tepe es uno de esos yacimientos arqueológicos que aparecen cada centuria para revolucionar la forma que tenemos de ver las antiguas sociedades. El yacimiento, situado al sudeste de Turquía rompe los paradigmas de todos los eruditos e historiadores que estudian a los cazadores-recolectores de la prehistoria. Göbekli Tepe es mucho más antiguo que Stonehenge, se compone de pilares de piedra caliza ricamente decorados y tallados. Según su cronología, se erigió en torno al 11.000 a.C., es decir, 7.000 años antes que las pirámides de Giza. Además, el complejo arquitectónico fue enterrado deliberadamente por las mismas personas que los construyeron, dotando aún más de un halo de misterio a todo el yacimiento.
En el s.XX comienza a estudiarse el cambio de vida humana, de una etapa nómada a otra más sedentaria. Con dicho cambio, comienzan a surgir los cultos y rituales en lugares de culto erigidos. Durante décadas, los arqueólogos han visto esta conducta estrechamente ligada con el dominio de la naturaleza y la introducción de la agricultura y la ganadería en la vida cotidiana. Por este motivo, Göbekli Tepe descoloca a los científicos y estudiosos que lo investigan, puesto que su construcción es mucho antes de dicha etapa de cambio, rompiendo con lo establecido hasta el momento.
Gordon Childe denominó “Revolución Neolítica” al proceso por el cual en el Creciente Fértil se convierte en la cuna donde surgieron los primeros asentamientos (fig. 1). La humanidad dejó a un lado el forrajeo y el nomadismo para convertirse en sedentarios. De este hecho surgió la agricultura y con ella la necesidad de cuidar los campos y crear nuevos útiles necesarios para esta nueva labor. De todos los aspectos que trajo esta revolución el surgimiento de santuarios fuera del trasfondo típico de cuevas o abrigos, es uno de los más importantes. Esta revolución se creía un suceso único de la zona perteneciente a Mesopotamia y que luego se expandió hacia Europa y la India. Los expertos siempre han supuesto que la civilización nació bajo varias premisas, entre ellas el calentamiento global que propició el inicio de los cultivos y el pastoreo. Pero, Göbekli Tepe destruye todas estas creencias, puesto que para su construcción tuvieron que estar implicadas muchas personas de distintas áreas y tribus.
Fig. 1. Mapa con la ubicación exacta de Göbekli Tepe dentro del área del Creciente Fértil. 

Su historia comienza cuando un pastor llamado Savak Yildiz encuentra una piedra ricamente labrada en lo alto de un montículo. Sin saberlo, había encontrado la parte superior de una pieza mucho más monumental y megalítica con forma de T. Tras notificarse a las autoridades del hallazgo, estas se ponen en contacto con el Instituto Alemán de Arqueología de Estambul que rápidamente se hacen cargo del yacimiento. Hasta allí llega el arqueólogo Klaus Schmidt en 1994 para comenzar las labores arqueológicas (fig. 2). Una labor que hoy en día continua. De las primeras catas arqueológicas se extraen datos zooarqueológicos y botánicos muy importantes. Por un lado, el uso de ganado y fauna salvaje como sustento. Por otro, la ingesta de almendras, pistachos y granos silvestres. A simple vista, no parecen ser datos relevantes, pero lo que realmente nos cuentan es que los constructores y usuarios de este monumental hallazgo desconocían la agricultura y ganadería.
Pero, la historia de su descubrimiento se remonta un poco más atrás. En 1960 arqueólogos de la Universidad de Chicago llegaron hasta Göbekli Tepe para estudiarla. Llegaron a la conclusión de que allí solo había existido un puesto fronterizo de época bizantina. Las losas de piedra caliza encontradas fueron malamente catalogadas como tumbas bizantinas. Pero estaban equivocados. Décadas después Schmidt que se encontraba en Turquía en busca de yacimientos arqueológicos de época neolítica fue llamado para analizar el hallazgo del pastor Yildiz. Cuando llegó a la zona supo de inmediato que se encontraba ante algo único y que había sido creado por centenares de personas, tirando al suelo los datos preliminares de 1960. Las tumbas bizantinas eran en realidad algo mucho más antiguo y ancestral.
Fig. 2. Imagen de archivo de Klaus Schmidt junto a un grabado de Göbekli Tepe.

A escasos centímetros de la superficie se encontraron piedras ricamente talladas que formaban un círculo perfecto. En los siguientes años, el equipo de Schmidt llegó a encontrar un segundo circulo de piedras, hasta que en 2003 se llegó a la conclusión de que Gobekli Tepe podía estar compuesto de al menos 20 círculos distribuidos por todo el terreno. Algunos de los pilares llegaron a medir 5,6 metros y pesar la friolera de 16 toneladas. Además, en su superficie presentaban bajorrelieves con distintos animales e insectos. Por otro lado, en las inmediaciones se llegaron a encontrar un sinfín de utillaje lítico asociado a la caza y la construcción. Desde puntas de flecha, hasta cuchillos o azuelas creados a partir de manufactura de pedernal. En palabras de Schmidt, “la mayor colección jamás vista” por él. A su vez, se encontró una gran cantidad de restos óseos de venado rojo, jabalí, gacelas, ovejas, cabras y bueyes salvajes e incluso de aves. Muchos de estos animales fueron esculpidos y representados en los bajorrelieves en forma de "T" hallados (fig. 3). 
Fig. 3. Animal tallado en uno de los pilares.

En cuanto a los círculos, su diseño es bastante tosco y común. La materia prima empleada era piedra caliza, a la que se le había dado la forma de T en mayúscula, anteriormente mencionada. Cada brazo de estas “T” se separaba del otro a escasos centímetros y en medio de cada pilar se halla un murete de piedra. En el centro de cada círculo se sitúan dos pilares más altos que fueron hincados en unas franjas en el suelo. Esto hace pensar que el área central tenía un carácter sagrado, de ahí la división entre los pilares colocados en forma circular y los centrales (fig. 4). Según Schmidt, “con el pilar en forma de “T” el ser humano creó por primera vez en la historia formas tridimensionales y cúbicas de gran volumen”.
Fig. 4. Vista aérea de uno de los círculos del yacimiento de Göbekli Tepe. 

La forma de los pilares es otro quebradero de cabeza para los arqueólogos e investigadores. La teoría más aceptada es que recrean figuras humanas. Algunos pilares parecen confirmar esta teoría, pareciendo brazos esculpidos con las manos dirigidas hacia el vientre. Incluso, algunos aventuran a ver taparrabos en los bajorrelieves de estos pilares (fig 5). Si esto fuese acertado, todos mirarían hacia el centro, en una especia de ritual o danza ancestral y antigua. Los animales retratados son de índole salvaje y peligrosa: escorpiones, jabalíes, leones e incluso lobos (fig. 6). La elección de estas bestias no es aleatoria, posiblemente fuesen una especie de tótems protectores para las figuras humanas.
Fig. 5. Grabados con formas zoomorfas. 

Fig. 6. Bajorrelieve encontrado en uno de los pilares con forma de T del yacimiento. 

Lo que no queda claro es el motivo de los enterramientos. Por razones que se desconocen cada cierto tiempo, enterraban estos círculos de poder o sagrados y erigían otros en las inmediaciones. Por este motivo, Göbekli Tepe tiene una cantidad de círculos sagrados desconocidos por el momento. Al principio, construían los recintos sagrados grandes, con el paso de las décadas comenzaron a ser más y más pequeños. Además, las primeras construcciones tenían una mayor complejidad y detallismo, mientras que en las posteriores las técnicas decaían. Al final, en el 7300 a.C., las actividades en la zona cesaron y el primer santuario de la humanidad quedó enterrado deliberadamente por aquellos que lo construyeron y custodiaron (fig. 7).
La cuestión cronológica es otro asunto para tener en cuenta. La aparición de puntas de flecha tipo Helwan en el yacimiento concuerdan con una cronología en torno al 9000 a.C. Sin embargo, distintos estudios sugieren que el Göbekli Tepe se erigió sobre el 11.000 a.C. Pensar que este complejo arquitectónico con una gran arquitectura, iconografía y restos arqueológicos en tan buen estado de conservación, rompe con lo estipulado sobre el desarrollo humano y como vivían los grupos de cazadores-recolectores. Según esta creencia, se pensaba que tanto la agricultura como el sedentarismo fueron el desencadenante para que el ser humano comenzará a plasmar sus ideas y creencias, lo que dio forma a los rituales, cultos y la religión misma. Para ello, construyeron complejos arquitectónicos ricamente decorados, pero Göbekli Tepe destruye todas estas afirmaciones. Por este motivo y en base a sus hallazgos y estudios, Schmidt consideró que: “La antigüedad del sitio y la falta de domesticación animal y restos de plantas es una fuerte evidencia circunstancial de que el simbolismo y la religión llevaron a la agricultura y domesticación, no de manera contraria.”.
Fig. 7. Pilares con forma de T enterrados. 

En el momento de la concepción de Göbekli Tepe, la humanidad se organizaba en pequeñas tribus nómadas que subsistían de la recolecta de plantas y la caza de animales salvajes. Por tanto, la construcción de este megalítico complejo recalca, que para su realización tuvieron que reunirse personas de muchas tribus distintas (fig. 8). Lo asombroso del lugar, es que algunas de estas piedras llegan a pesar hasta 16 toneladas y fueron llevadas a lo largo de cientos de metros. Otro dato curioso, es que no conocían ni la rueda, ni otros métodos de transportes empleados siglos después en monumentos como las pirámides de Giza. No debemos olvidar, que las poblaciones que llegaban hasta Göbekli Tepe tampoco conocían la escritura o los metales, por lo que es cuanto menos llamativa la aparición de animales cubriendo los pilares megalíticos. Sin una escritura estipulada, dichos relieves cobran relevancia. ¿Podría ser emblemas de distintas tribus nómadas? O ¿algún tipo de escritura primitiva desconocida hasta el momento? ¿tótems que protegían un recinto sagrado? Hasta el momento, los investigadores siguen sin poder determinar para que eran empleados estos grabados, aunque la versión más extendida es que son tótems que protegen a las figuras humanas, como hemos mencionado anteriormente.
Fig. 8. Recreación de como debió ser la construcción de Göbekli Tepe. 

Lo que es evidente e inescrutable es que, para la construcción de Göbekli Tepe debió existir una sociedad organizada y bien estructurada. Según los arqueólogos, para su construcción debieron emplearse al menos 500 personas, para transportar desde una cantera a 500 metros. Esto nos habla del esfuerzo, el gasto humano y de material empleado para la creación de Göbekli Tepe. Por lo que es imposible que fuese una construcción de carácter doméstico, sino más bien un recinto sagrado o de algún tipo de actividad para las sociedades.
Para Schmidt el complejo fue la sede de actividades rituales y comerciales de los cazadores-recolectores del Neolítico, aunque muchos arqueólogos difieren de esta afirmación. Banning propone que el yacimiento no fue usado únicamente como un templo al aire libre. Para este investigador distintas tribus usaron el complejo durante distintas épocas, de ahí las tallas y los distintos círculos encontrados de distintas etapas cronológicas. De esta forma, los distintos usuarios dotaron de diferentes funciones al complejo.
Lo que esta claro, es que Göbekli Tepe sigue escondiendo secretos e incógnitas aun por revelar. La construcción de un templo megalítico por parte de nómadas solo demuestra que la religión, los ritos y los cultos estuvieron organizados antes de la aparición de la agricultura y la ganadería (fig. 9). La humanidad ha sentido desde la noche de los tiempos, la necesidad con congregarse para realizar y practicar rituales en honor a sus dioses y creencias. Con los asentamientos y poblaciones surgidas, los humanos tuvieron que empezar a combatir contra las fuerzas de la naturaleza. Una naturaleza plagada de animales salvajes e inclemencias. Para el arqueólogo francés Jacques Cauvin, este cambio en la conciencia humana provocó la necesidad de crear deidades protectoras, algo que Schmidt apoyó fervientemente. Él siempre tuvo la teoría de que los bajorrelieves de los pilares tenían un propósito. Dicho con sus palabras: “Los animales eran guardianes del mundo espiritual. Los relieves de los pilares en forma de T ilustran ese otro mundo”.
Fig. 9. Detalle del circulo interior o sagrado. 

Seguramente los cazadores-recolectores de las inmediaciones de Göbekli Tepe erigieron este templo como un lugar donde rendir culto y otorgar ofrendas a los espíritus protectores. Además, posiblemente en el reciento vivieran artesanos, sacerdotes y chamanes que cuidaban del lugar, así como constructores. Las investigaciones sugieren que la necesidad de conseguir abastecimiento para el templo, pudo ser el germen de cultivo para el surgimiento de la agricultura y la ganadería. Todos los indicios apuntan a esta afirmación.  Schmidt, antes de morir en 2014, lo creyó fervientemente. No dudó en que Göbekli Tepe nació mucho antes de que se domesticasen las plantas, y que gracias a su construcción y a la necesidad de proporcionar alimentos y agua a los trabajadores del lugar, surgió el motor de nuestra cultura, la agricultura.
Su cronología lo confirma, Göbekli Tepe se erigió mucho antes de las primeras evidencias agrícolas. Si bien es cierto, que a ciencia cierta, se desconoce su función. ¿Templo? ¿Lugar de reunión? Solo el tiempo lo dirá. Pero lo que si queda demostrado, es que aun queda mucho por desenterrar. Hoy en día, continúan las excavaciones donde se siguen encontrando nuevas evidencias que rompen todos paradigmas y fecha sobre el surgimiento de la agricultura, la domesticación y el sedentarismo.    

Bibliografía

Esqueda Lazo de la Vega, B. (2014): Göbekli Tepe. El templo Neolítico más antiguo y la transición a la agricultura. Ensayo Final para la asignatura Orígenes de la Civilización.
Schmidt, K. (2000): Göbekli Tepe, Southeastern Turkey: A Preliminary Report on the 1996-1999 Excavations. Publicado por Paleorient and CNRS Editions. pp. 45-54
Schmidt, K. (2007): Göbekli Tepe. Santuarios de la Edad de Piedra en la Alta Mesopotamia. Boletín de Arqueologia PUCP, pp. 263-288.

Göbekli Tepe de noche.

Jose M Gil / Autor

Historiador, divulgador, colaborador e investigador de cultura e historia LGTB+ .

3 comments:

  1. Con tantos millones de años desde la existencia de la tierra, deben de haber existido muchas civilizaciones de las que nunca sabremos porque polvo somos y en polvo nos convertiremos.

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  2. Era una ciudad rodeada de un vergel y eran sedentarios , lo que pasa que se tardará en saber. Nómadas construyendo un templo de semejantes proporciones? No me cuadra.

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  3. Era una ciudad rodeada de un vergel y eran sedentarios , lo que pasa que se tardará en saber. Nómadas construyendo un templo de semejantes proporciones? No me cuadra.

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