Mabon y el origen de las estaciones

Jose M Gil


El verano concluyó y con él las terracitas, las comidas copiosas y las tardes en la playa/piscina/monte. Pese a que ha sido un verano atípico, por la pandemia que asola el mundo, seguro que todos hemos intentado disfrutar de él, dentro de las medidas de seguridad pertinentes. Pues bien, el final del verano es conocido como el equinoccio de otoño, una fecha clave en muchas culturas y religiones. Por un lado, tenemos la vuelta de Perséfone al Hades, por otro el culto al dios Mabón. Pero la pregunta es, ¿conocéis el origen de las estaciones y que simboliza el equinoccio de otoño?

Existen muchos mitos alrededor de como surgieron y nacieron. Algunos muy conocidos como el de Deméter, Hades y Perséfone (fig.1a, 1b), y otros como el de Mabón, algo más desconocidos. Acompañadme en este viaje por los mitos y leyendas, que dieron origen a las estaciones y al equinoccio de otoño.

Fig. 1a.
Fig. 1a. Estatua de Isis-Perséfone hallada en el templo de los dioses egipcios de Gortina (180-190 d.C.). Museo Arqueológico de Heraclión.

Fig.1b. Busto de la diosa Deméter.

En la cultura grecorromana tenemos el mito de Perséfone/Proserpina. Según la mitología, Deméter es la madre de la diosa Perséfone, en algunas ocasiones llamada Kore. Juntas crearon jardines hermosos y llenaron de verde todo el planeta (fig. 2). El dios del inframundo Hades, se fija en la joven y decide raptarla. Antes, acude a su hermano Zeus, para pedirle la mano y poder convertirla en su esposa. Zeus, el cual era el padre de la joven, acepta. Cuando Perséfone paseaba junto a unas ninfas recogiendo flores, el oscuro dios abre una grieta en el suelo y atrapa a la joven en el Hades (fig. 3). Es entonces, cuando Deméter entra en una depresión, que seca y congela toda la Tierra. Esto provocó hambrunas y sequias, que asolaron a la humanidad.

Fig. 2. Deméter y Perséfone recogiendo flores. 


Zeus preocupado, decide mandar al mensajero de los dioses, Hermes, al Inframundo para, que convenciera a su hermano de dejar libre a su hija. Hades, inexplicablemente acepta, no sin antes darle a la joven 12 semillas de granada, para que se las comiera por el camino.

La historia cuenta, que quien coma algo del inframundo deberá permanecer allí para siempre. Perséfone solo come 6 de las 12 semillas, por lo que tuvo que pasar seis meses en el Inframundo y seis meses en la Tierra con su madre. Así, se zanja la vuelta de Perséfone con Deméter. La alegría de volver a ver a su hija provocó, que la tierra volviera a florecer y que los campos dieran frutos otra vez.

Fig. 3. Rapto de Proserpina, Bernini (1621-22).


De esta forma los griegos dieron origen a las estaciones. Cuando Perséfone está en el Inframundo con Hades, Deméter cae en desdicha provocando, que la tierra también lo haga con ella, dando lugar al otoño y al invierno. Pero, cuando regresa con su madre, la alegría del rencuentro hace, que todo vuelva a florecer, dando lugar a la primavera y al verano. Además, esta fecha es el inicio de la celebración de los Misterios Eleusinos Mayores, para los cuales había que estar iniciado en ellos. Todo un misterio, que hoy en día sigue siendo desconocido para investigadores y estudiosos.

La cultura celta, también tiene el equinoccio de otoño como fecha clave en su calendario. Para muchos, es la festividad en honor a Mabon (Mabon ap Modron), hijo de la diosa de la fertilidad y madre de la tierra Modron (fig. 4). Este dios, es relacionado con la juventud, la pesca, la caza y la agricultura. El mito relata, que Mabon nació la noche del equinoccio de otoño y desapareció tres noches después. Su madre, apenada heló el mundo y secó la vegetación. La pena de Modron, es equivalente al de la diosa Deméter, cuando desaparece su hija. Su festividad es conocida como “el banquete” o “el día de la cosecha”, incluso en algunos círculos es llamada “el día de la acción de gracias”. Nada que ver con el Acción de Gracias, festejado por los estadounidenses. Mabon marca la muerte de un ciclo y el comienzo de otro, es decir, el final y el inicio de la vida.

Fig. 4. Dibujo de la diosa Modron

Los wiccanos modernos, celebran esta festividad como forma de agradecer a los dioses la abundancia, que han proporcionado durante el año. A su vez, en muchas culturas tanto antiguas como actuales, escogen esta fecha para la recogida de las cosechas, para llevar el duro invierno. Desde el norte con Thor, hasta el Mediterráneo con Deméter, Perséfone, Hades, Dionisio y Hermes, e incluso la adoración por todo el planeta a la “diosa madre” constatan, que el inicio del otoño fue un momento clave para muchas religiones y civilizaciones. Por eso, feliz Mabon, feliz otoño, feliz equinoccio.

Jose M Gil / Autor

Historiador, divulgador, colaborador e investigador de cultura e historia LGTB+ .

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