Antes
de contaros el origen de esta tradición dejadme expresar unas palabras. Muchos
sabréis que soy homosexual y por ende, muchas personas piensan que no debería
gustarme la Semana Santa. Es cierto, que para la gran mayoría esta festividad
es sinónimo de religiosidad y fe, pero para muchas otras (como yo), la Semana
Santa es cultura, tradición, arte e historia. Aunque sobre todo, la Semana
Santa es patrimonio. Es por esto, que lejos de la religiosidad debemos admitir
que tanto las cofradías y hermandades, así como el clero goza de un gran
patrimonio artístico. Además, la Semana Santa se nutre de la tradición, desde
bordadores y orfebres, pasando por escultores e imagineros, todos de forma
artesanal dan forma a esta semana grande (fig.1). Sin olvidarnos, de que todo
este arte esta al alcance de muchos durante dicha festividad. Imaginaros que
durante un día, el retrato de la Mona Lisa o el David de Miguel Ángel
procesionaran por las calles para que todos pudieran contemplarlo. Pues las
tallas, tronos, misterios y palios son verdaderas obras de arte que pasean por
las calles de las ciudades una vez al año.
Fig. 1. Taller de orfebrería de los Hermanos Delgado. |
Pero,
vayamos al meollo del asunto, el origen de la Semana Santa. La Semana Santa
constituye una de las festividades más importantes para los cristianos. Durante
esa semana, se conmemora la Pasión de Cristo y Resurrección. En muchos lugares
del mundo se festejan, pero si existe un lugar donde la Semana Santa se viva
con pasión y fe esa es Andalucía al sur de España.
Los
andaluces, a través de imágenes organizadas en hermandades y cofradías recrean
los últimos días de Jesucristo. Pero, ¿cómo surgió la Semana Santa tal y como
la conocemos? Todo comenzó a principios del s.XVI, cuando Don Fadrique Enríquez
de Ribera (fig.2), primer Marqués de Tarifa viaja a Tierra Santa.
Fig. 2. Retrato de Don Fadrique Enríquez de Ribera, primer Marqués de Tarifa. |
Don
Fadrique, era un noble español de origen sevillano que decidió en 1518
peregrinar a Tierra Santa, pasando por Italia y toda la costa del Mediterráneo.
El viaje comenzó el 24 de noviembre de 1518 en Bornos (Cádiz), acompañado de
su mayordomo, un capellán y ocho criados. Su viaje transcurre en pleno apogeo
del Renacimiento italiano, por lo que queda tan impresionado que a su vuelta intenta
emular lo que allí vio. Podemos decir, que dicha aventura supuso para el marqués
un resurgir de su religiosidad y su percepción artística.
Nada
más volver mandó ampliar su palacio sevillano combinando el estilo mudéjar de
Sevilla con el renacentista italiano (fig.3). Además, un año después de su
vuelta, comienza a celebrar en su capilla un vía crucis al estilo de los de Jerusalén.
Dicho recorrido partía del pretorio de Poncio Pilato, hasta el Monte Calvario.
Fig. 3. Estatua de Atenea y Patio del Palacio del Marqués de Tarifa en Sevilla. |
Con
los años, cada vez eran mas personas las que se presentaban en el Vía Crucis
del palacio, por lo que se decidió llevarlo a la calle. En 1529, el recorrido
comenzaba desde la cruz de la fachada de la Casa de Pilatos – llamada así,
porque Don Fadrique recrea la fachada de la casa de Poncio Pilatos en Jerusalén
aun en pie en esa época – hasta el templete de la Cruz del Campo, a las afueras
de Sevilla (fig.4). El tiempo y las personas que se congregaban allí fueron
dando lugar a hermandades. Además, muchas de estas hermandades y cofradías sevillanas
nacieron a partir de gremios que ya existían: orfebres, toneleros, marineros,
ceramistas…
Fig. 4. Fachada de la Casa de Pilatos (primera imagen), inicio del Vía Crucis, hasta la Cruz del Campo (segunda imagen) hoy día en el interior de la ciudad. |
Por
ejemplo, una de las más conocidas en la Semana Santa de Sevilla, la Hermandad
Sacramental de la Esperanza de Triana fue fundada en 1418 por el gremio
de los ceramistas. Aunque, según los documentos históricos en el s.XVI la
hermandad se fusionó con los gremios de pescadores y marineros.
El
Vía Crucis que el Marqués de Tarifa había instaurado, poco a poco cayó en el
olvido en parte a que se estableció que las hermandades debían hacer estación de
penitencia en la catedral de Sevilla. Pero, Joaquín González Moreno,
archivero de la Casa de Pilatos y conservador del palacio durante más de 30
años, recuperó esta tradición tras encontrar la documentación que se encontraba
en el archivo de Medinaceli de Madrid sobre el nacimiento del Vía Crucis y la participación
de Don Fadrique.
Es por esto, que en 1956, los descendientes del marqués de Tarifa volvieron a restablecerlo e incluso patrocinaron una nueva corporación que surgió en torno a este histórico culto, la hermandad de la Pía Unión (fig.5).
Fig. 5. Vía Crucis en el interior de la Casa Pilatos el Viernes Santo. |
PARA SABER MÁS
García
Martín, P. (2005): La Odisea al Paraíso. La peregrinación a
Jerusalén de Don Fadrique Enriquez de Ribera. Consejo Superior de
Investigaciones Científicas CSIC. Arbor; Vol 180, No 711/712.
Norton,
R.
(2014): Semana Santa: Historia e Implicaciones. Revista Estrategias para
el Cumplimiento de la Misión. 11. 10.17162/recm.v11i1.320.
Rodríguez
Becerra, S. (2009): La Semana Santa de Andalucía.
Algo más que una devoción religiosa. Bandue. 3. 235-249.
No hay comentarios:
Publicar un comentario