De
sobra es sabido, que los genios clásicos suelen vivir atormentados en parte por
su genialidad. Pero, en muchos casos también por su condición sexual. Muchos
artistas debieron ocultar su condición homosexual por el miedo al que dirán, véase
Caravaggio. Pero, no solo en el mundo del arte encontramos personajes LGTBI+,
sino también en la música.
Muchos
son los autores clásicos de renombre. Bach, Mozart, Beethoven o Wagner entre
otros. Pero, algunos compusieron sus obras maestras gracias a la desazón que
provocaba no poder estar con su ser amado. Pese a la opinión, de que la vida
sexual de los artistas no influía o impactaba sobre su obra.
Un
claro ejemplo lo encontramos en Chopin (1). Para muchos Frederic Chopin (1810-1849),
tuvo una larga lista de intereses amorosos femeninos, entre los que se incluye
la novelista francesa Aurore Dupin. Pero, historiadores como Antoni Pizá,
sostienen que también se enamoró de jóvenes, como fue el caso de Titus Wociechowski.
Según las investigaciones de Pizá a unas cartas entre Chopin y Titus, son
claras las evidencias homosexuales entre ambos. Desde frases como “Te quiero
besar” que dice en numerosas ocasiones, hasta “Te quiero besar con todo
mi corazón sobre tus labios si me dejas”.
Fig. 1. Retrato de Frederic Chopin. |
Otro
compositor de renombre que se mantuvo dentro del armario fue Franz Schubert
(1797-1828). Algunos de sus allegados, lo calificaban de “promiscuo” y de
no “usual” en cuanto a su actividad sexual (fig.2). Esto, nos hace pensar que mantenía relaciones
sexuales no solo con mujeres, sino también con hombres. Algo que es más que probable,
ya que con ninguna de sus relaciones femeninas tuvo nada serio y que al igual
que con Chopin, fuese más “cercano” y cariñoso con sus destinatarios
masculinos.
Fig. 2. Retrato de Franz Schubert. |
Quizás
el compositor del que hablaremos a continuación sea algo desconocido, Federico
II de Prusia (1712-1786). Sí, como habéis leído, Federico el Grande (fig.3),
compuso varios conciertos de sonata e incluso, estudió con Johann Joachim
Quantz. Fue tal su pasión por la música, que convirtió a Berlín en una de las
grandes capitales musicales europea de su tiempo. Aunque, su verdadero amor y
pasión fue el teniente Hans von Katte, con el cual compartía el gusto por la música
y la literatura. El amor de estos jóvenes bien podría hacer palidecer la trama de
cualquier serie o película actual, por lo que me guardo toda historia para el
futuro.
Fig. 3. Federico II tocando la flauta travesera en un concierto en el palacio de Sanssouci. Óleo por A. A. von Henzel. Siglo XIX. |
Por
último, pero no menos importante, hablaremos de Pyotr Ilyich Tchaikovsky
(1840-1893). Tchaikovsky (fig.4) nació en Votkinsk, una pequeña ciudad del Imperio
Ruso. Sabemos, que mantuvo un matrimonio con Antonina Miliukova en 1877, pero
fue tal el desastre de su unión que el compositor intentó suicidarse. Su
matrimonio, fue un intento de esquivar los cotilleos de la gente a cerca de su
sexualidad. En aquellos años, Rusia ya mantenía una prohibición absoluta sobre la
homosexualidad, por lo que Tchaikovsky y su mujer fueron más que infelices. Todo
esto lo sabemos, ya que unos musicólogos rusos tradujeron sin censura unas
cartas del autor, donde revelaba sus sentimientos más íntimos. Según parece,
durante la composición de Romeo y Julieta, Tchaikovsky estuvo enamorado de su
pupilo Eduard Zak. De él escribía en su diario: “Me parece que nunca he
amado a nadie tanto como a él”. Poco sabemos de Zak, salvo que poco después
del estreno de la obra, se quitó la vida. Sin embargo, la relación que marcó a
Tchaikovsky fue la que mantuvo con su sobrino, Vladimir Lvovich Davïdov. Según se
cree, lo que tuvieron fue meramente platónico. Aunque, algo más que cariño
fraternal había ya que existen unas apasionadas letras de este a su sobrino
cuando estaba de giran en el extranjero.
Fig. 4. Fotografía de Tchaikovsky. |
En
definitiva, esto cuatro compositores de renombre escribieron y crearon grandes
obras que hoy todos podemos escuchar y disfrutar. En muchas ocasiones, como
hemos podido comprar, sus obras surgieron del amor hacia otros hombres o de la
propia amargura por no poder estar con sus seres amados. Es innegable, que su condición
sexual influyó en sus obras, ya que esa parte es imposible de borrar. Así que, espero
haber conseguido, que conozcáis un poco más a los hombres tras las partituras y
sobre todo, visibilizar y dar constancia de que la homosexualidad siempre ha
estado presente, sea donde sea.
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