Hemos
hablado sobre las Saturnalia romana y como esta estaba estrechamente ligada con
la festividad de Navidad. Pues bien, el Yule es otra de esas fiestas paganas
que se mezclaron con la Navidad cristiana, aun siendo mucho más antigua.
El
Yule, es una fiesta que se realizaba durante el solsticio de invierno (21 de diciembre).
Esa noche, es la más larga del año y marca el final de la oscuridad y el
principio de la luz. ¿Os suena?
Pues
bien, es normal que muchas culturas del norte de Europa, sobre todo vikingos y
celtas celebrasen esta fiesta en honor al triunfo de la vida sobre la muerte.
Durante estas, las familias y los amigos se reunían y celebraban que estaban
vivos, además de recordar a los que se habían quedado por el camino. Esta
fiesta era celebrada durante varias semanas en torno a la fecha del solsticio
de invierno.
Rituales
Durante
el Yule se colocaba dentro de los hogares un árbol que simulaba el Yggdrasil
(el Gran Fresno de cuyas ramas surgen los Nueve Mundos). Este ritual, perdura
hoy día con la colocación del árbol de Navidad en las casas (fig.1). Además, se
sacrificaba una cabra en honor a Thor. Según el mito, este dios conducía un
carro tirado por dos cabras que si se las comía, revivían mágicamente. Por
tanto, la cabra empezó siendo una ofrenda, para terminar siendo un símbolo ya que
era la que portaba las ofrendas.
Fig. 1. Árbol Yggdrasil y Árbol de Navidad. |
En
tierras más al norte, como en Finlandia, la cabra fue encarnada por un anciano
llamado Joulupukki que traía regalos, otro mito que ha perdurado hasta nuestro
días, aunque hoy en día conocemos al anciano como Papa Noel o Santa Claus.
Casualmente,
en zonas donde existió conexión con estas culturas nórdicas y celtas, dichos
mitos y personajes fueron asimilados, como fue el caso del País Vasco, donde
existía la figura del Olentzero (fig.2). Incluso en otras regiones del norte de España,
encontramos fiestas relacionadas con el solsticio de invierno como por ejemplo
la de Zangarrón, un demonio vestido de paja que sale cada solsticio.
Fig. 2. Olentzero. |
Navidad
o Yule
Entonces,
asimilando lo anterior, podemos decir que el Yule fue una fiesta que reunía a
la familia al final de Diciembre, colocaba un árbol dentro de las casas y un
ser mágico repartía regalos. Pero, ¿eso no es la Navidad actual?
Pues
sí, como hemos comenzado diciendo al igual que ocurriera con la Saturnales, el
Yule fue otra festividad pagana de la que los cristianos hicieron uso. Es más,
esto mismo ocurrió con muchas otras celebraciones paganas que tenían que ver
con los solsticios y equinoccios. El solsticio de verano con San Juan; el
equinoccio de primavera o fiesta de Ostara con la Pascua cristiana; y el Samhain con la noche de
todos los Santos. Es por esto, que los cristianos asimilaron aquellas
festividades locales paganas que tenían que ver con el solsticio de invierno
para fijar el nacimiento de Cristo: Yule en las tierras de nórdicas y
la Saturnalia en la zona de Roma.
Fig. 3. Grabado donde se ve unos niños trasladando un árbol por Yule. |
Esto
fue fácil de asimilar, ya que parecía lógico que Cristo, el cual había venido
al mundo para librar y salvar a la humanidad de la oscuridad, hubiera nacido en
una fecha tan marcada como era el solsticio de invierno, ya que es ahí cuando
la vida triunfa sobre la muerte.
Conclusión
En
resumen, es innegable que parte de la esencia de la festividad del Yule, ha perdurado
hasta nuestros días. El solsticio de invierno ha sido una fecha clave en muchas
culturas, puesto que daba comienzo al fin de las cosechas, la recolecta y preservación
para el duro invierno. Por tanto, es más que comprensible que culturas tan
distantes pusieran sus ojos en esa fecha especial para reunirse con sus seres
queridos, dar gracias por las cosechas y juntarse frente al fuego, algo que
hacemos aun hoy.
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