La Noche y su significado en la Antigüedad

Jose M Gil

La noche para los antiguos era totalmente distinta a como la conocemos en la actualidad. Debemos remontarnos a una época en la que no existía la contaminación lumínica. Por lo que, la majestuosidad de aquella estampa debía sobrecoger a la par que asustar. No es de extrañar por eso, que todas las culturas adorasen a la noche y sus astros con diversos nombres.
Para los griegos la noche era conocida como Nyx, Nix o Nicte. Según la mitología helena, en el principio solo existía el Caos, del cual nacieron distintas deidades. Gea, la Madre Tierra; Tártaro, el Inframundo; Érebo, dios de la Oscuridad; Eros, dios de la Procreación; y Nyx, diosa de la Noche. Nyx nació de la unión entre el Caos y Gea. Muchos de los pasajes que hablan de esta diosa, cuentan como ella fue una de las encargadas en ordenar el cosmos, para que fuese lo que hoy conocemos. Además, Nyx fue de gran importancia para la cultura griega, puesto que fue madre de numerosos dioses conocidos y adorados entre las distintas polis. Entre su estirpe, encontramos a las míticas Moiras. La Moiras eran las encargadas del hilo del destino, al que estaban sujetos dioses y hombres. Eran temidas hasta por el mismísimo Zeus, por lo que su poder era a tener en cuenta.
Las Moiras.
Se la representaba como una mujer de aspecto austero, con traje y velo de color negro. Portaba un manto oscuro con todas las estrellas del firmamento. En algunos relatos, además se la representa con alas negras. Se sentaba sobre un carruaje negro ébano, mientras sostenía un cetro en la mano. A su lado sus hijos Hipnos y Tanatos.
Nicte.

Según la Teogonía de Hesíodo, Érebo y Nyx engendraron a Éter, divinidad que encarna al brillo o la luminosidad, y a Hemera, diosa del día. A su vez y sin necesidad de ayuda, la diosa Nyx concibió por sí misma distintas deidades: los gemelos Tanatos e Hipnos, dioses de la Muerte y el Sueño respectivamente; Némesis, diosa de la Venganza; Eris, diosa de la Discordia; Moros, dios del Destino; los Oniros, personificaciones de los sueños; las tres Hespérides, ninfas del atardecer; Geras, personificaron de la Vejez y opuesto a la diosa Hebe (diosa de la Juventud); las Keres, espíritus de la muerte y la destrucción; Ker, diosa de la Perdición y asistente de Moros; Ezis, dios del Dolor; Momo, dios de la Burla; Filotes, dios de la Amistad; y Apate, dios del Engaño. Tanto las Keres, como las Moiras, se las relaciona con las deidades Ker y Moros, como espíritus que ayudaban en sus funciones a dichos dioses.
Éter luchando contra un gigante. Friso del Altar de Pergamo.
Némesis impartiendo venganza.

Hesíodo también añade en su Teogonía, como Hemera y Nyx se turnaban en el cielo. Cuando Hemera entraba en el Tártaro, Nyx salía de él y viceversa. Dando así una explicación mítica del cambio de la noche al día, mediante la entrada y salida de las diosas al inframundo. 


La Nuit de William Adolphe Bouguereau (1883).
Hemera de William Adolphe Bouguereau (1881).
Podemos decir en definitiva, que tanto Nyx como su prole fueron bastante temidos en la Antigüedad, por dioses y humanos. Era tal el temor, que según Homero cuando Hipnos ayudó a Hera a mortificar a Heracles, Zeus fue incapaz de castigar al dios, por miedo a sufrir la cólera de su madre, Nyx.
Otra deidad a la que acompaña la noche, era Asteria. Según los mitos, era la diosa de los ritos nocturnos y la nigromancia. Hija de los titanes Febe y Ceo, deidades del brillo y la luna. Asteria significa, “estrellado” o “de las estrellas”, pudiendo ser la deidad de las estrellas fugaces. Según la leyenda, Asteria y su hermana Leto vivían plácidamente en el Olimpo, pero pronto sufrieron los azotes amorosos de Zeus. Asteria decidió transformarse en codorniz y bajar a la tierra, para escapar del dios. Una vez en el mar Egeo, se convirtió en la isla Asteria u Ortygia (isla de las codornices). Según las leyendas, la isla Asteria acabaría siendo conocida como la isla de Delos, lugar de nacimiento de los dioses Apolo y Artemisa. Asteria está asociada también a la diosa Hécate. Una diosa oscura donde las hayas, reina de la brujería y la magia, nacida de la unión entre Asteria y el titán Perses.
Nacimiento de Apolo y Artemisa en la isla de Delos.
En el principio, Hécate era una diosa benevolente pero con el paso de los siglos, se la acaba vinculando con las sombras, la oscuridad de la noche y la magia. Se la representaba la mayoría de las veces con tres rostros, la madre, la joven y la anciana, sosteniendo una antorcha y rodeada de perros. No solo era la diosa de la magia y la oscuridad, sino también de lo arcano e incluso de los infiernos. Fue venerada por brujas y hechiceros de todo el Hélade, además llevaba a los muertos de un lado a otro del Hades.
Representación de la diosa Hécate.

Se la considera a su vez representante de los terrores oscuros. Las leyendas narran que en las noches sin luna, Hécate vagaba por la tierra con perros fantasmas. Con su caminar enviaba a la humanidad los mayores terrores nocturnos que pudieran imaginar. Fue tan importante para los Antiguos, que según Hesíodo, Zeus le dio su parte de la tierra, las aguas y el cielo estrellado, honrándola así sobre todo los demás dioses. Debido a su carácter mágico, muchas de las Tabellae defixionum (tablillas de maleficios), contenían hechizos con el nombre de la diosa.
Tabellae defixionum

Por último, pero no menos importante debemos mencionar a la diosa Selene, que significa luz de luna. Según el mito, era hija de los titanes Tea e Hiperion y hermana de los dioses Eos y Helios, deidades de la aurora y el sol respectivamente. Su gran belleza fue relatada en muchos textos. Se la caracterizaba como una mujer joven, vistiendo mantos celestiales. En algunos casos montaba una carroza de plata tirada por toros o caballos, y en otros, ella misma cabalgaba sobre una de estas bestias. Además, sostenía una antorcha en la mano y una media luna sobre la cabeza. En la Antigüedad se la consideraba la mismísima Luna, más que una diosa. Muy conocido es su romance con el pastor Endimión, del cual se dice que tuvo más de cincuenta hijas y un hijo, Naxos.
Estatua de la diosa Selene.
Selene y Endimión de Nicolas Poussin (1630).



En cuanto a los cultos nocturnos, debemos mencionar que eran escasos en la Antigüedad. Al menos en lo referente a las diosas anteriormente mencionadas. Si sabemos, que en la acrópolis de la ciudad de Megara, existía un culto a la diosa Nyx. Incluso, se rendían cultos en el templo de Artemisa de Efeso a esta diosa. Los espartanos por su parte, rendían honores y culto a los dioses gemelos hijos de Nyx, Tanatos e Hipnos. Cuando se imploraba por la diosa Nyx, se sacrificaban animales con pelaje y plumas negras en honor de ella.
Nyx luchando contra un gigante. Friso del Altar de Pergamo. 

En cuanto la diosa Asteria, sabemos que el lugar más importante dedicado a esta deidad estaba en Delos. Donde encontramos su oráculo de los sueños. La adivinación, los sueños y los oráculos estaban íntimamente ligados con esta deidad y la isla de Delos.
Los ritos para el renacer y la honra a los fallecidos eran parte de la adoración hacia la diosa Hécate. Se podían realizar en cualquier momento del año, aunque las ofrendas a la diosa eran preferibles en los días consagrados del 13 de agosto y el 30 de noviembre. Según los textos más antiguos, las fiestas en honor a la diosa eran las Hecastias. Durante estas festividades, jóvenes doncellas participaban en rituales orgiásticos. Además, una vez al mes (y siempre por la tarde), cuando la luna nueva llenaba las casas con su luz, se depositaba ofrendas a la diosa. En muchas ocasiones, se sacrificaban perros en su honor. El principal templo de esta deidad se encontraba en Lagina, donde era servida por eunucos.
Altar doméstico.

No podemos negar que la magia y el temor esta íntimamente ligada a la noche y sus misterios. Como bien mencione al principio, hay que imaginarse la noche vista desde la Antigüedad, sin contaminación lumínica ni auditiva. Un gran manto oscuro lleno de estrellas. Para los antiguos seria igual de asombroso que peligroso. Por lo que no era de extrañar, que adorasen y honrasen a deidades para sentirse seguros y protegidos durante las noches más oscuras.


         

Jose M Gil / Autor

Historiador, divulgador, colaborador e investigador de cultura e historia LGTB+ .

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